Políticos y famosos fueron reticentes a entrar en Internet y en las redes sociales cuando estas nacieron, aunque luego la mayoría no tardó en darse cuenta de que la presencia en el entorno 2.0 era imprescindible para ganar visibilidad, consolidar su imagen y tener un contacto directo e inmediato con los ciudadanos o con los fans. Por eso, muchos crearon perfiles propios en Facebook y Twitter o, directamente, abrieron un blog.
No obstante, con el paso del tiempo, cada vez son más aquellos que dan marcha atrás y cierran sus cuentas. El último en abandonar la Red, al menos de manera parcial, es el líder de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida. El político catalán anunció la semana pasada que deja de actualizar su blog porque solo recibe comentarios relacionados con el debate soberanista en Catalunya, a pesar de que él escribe sobre otros muchos temas. Aun así, de momento, sigue escribiendo en su Twitter.
Más grave fue la hostilidad que vivió la secretaria general del PSOE, Elena Valenciano, el marzo pasado. La dirigente socialista se despidió del microblogging por la persecución que sufrieron sus hijos en las redes. “Nadie ha llegado a amenazarles, pero sí les han insultado. Mi hija tuvo que cambiar de perfil y aun así volvieron a encontrarla. Al final mis hijos me dijeron que se iban a dar de baja. Pero les he dicho que no, que me doy de baja yo”, comentó indignada Valenciano.
En este sentido, los personajes públicos que prescinden de las redes sociales dicen que están cansados de aguantar todo tipo de críticas e insultos. Además, están hartos de que, en alguna ocasión, les suplanten la identidad mediante la creación de perfiles falsos y, en el peor de los escenarios, de recibir amenazas anónimas, un hecho que dificulta poder interponer una denuncia. Por eso, consideran que pesan más los perjuicios que los beneficios descritos en el primer párrafo.
Ante esta situación, hace pocos meses tres diputados de la Asamblea de Madrid presentaron un manifiesto a favor del “respeto” en Twitter y algunos afectados ya han reclamado una regulación específica. Sin embargo, difícilmente se puede legislar de forma específica cada vez que aparece una nueva plataforma, como coinciden los expertos. Por eso, sería recomendable revisar la legislación vigente acerca del acoso, la intimidad, el honor y la imagen para adecuarla a las nuevas circunstancias.
QUE DURA VIDA LA DEL FAMOSO!!!!
ResponderEliminarOjalá se hiciera caso a la recomendación de este post y se revisase la ley de acuerdo con los nuevos tiempos. No podemos permitir que por el mal uso que hacen algunos de las redes sociales frenemos la comunicación que estas posibilitan, ya que la libertad de uno termina donde empieza la del otro
ResponderEliminarEs cierto que las redes sociales pueden ser un arma de doble filo. Lo que está claro es que, si famosos y políticos entran en el juego, tienen que aceptar que la gente les lleve la contraria. Pero que se les insulte o se persiga a sus hijos ya se va un poco de madre, la verdad.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la recomendación, pero no debería de revisarse la legislación solo porque algunos personajes públicos han sido 'atacados' (que, por supuesto, tienen toda la razón en solicitar respeto), sino por el bien de toda una sociedad que, no lo olvidemos, a veces también sufre situaciones similares.
ResponderEliminar