La prensa ha gozado durante décadas de un modelo de negocio estable y rentable, con márgenes de beneficio que en algunos casos superaban el 25%. No obstante, la crisis económica y la irrupción de Internet -que han causado un retroceso de ventas en los quioscos y el desplome de publicidad- han hecho tambalear un sector que debe afrontar una severa reconversión para asegurar su viabilidad. Por eso, la principal preocupación de los editores estriba en encontrar nuevas fórmulas que les permitan rentabilizar y garantizar la supervivencia de sus cabeceras.
En este sentido, muchas empresas del sector han fijado su mirada en The New York Times (NYT), periódico que implementó hace dos años un sistema de suscripción exitoso en su versión digital. Este diario estadounidense puso en funcionamiento un muro de pago (paywall), que se activa a partir del décimo artículo leído por el usuario en un mes. Esta opción facilita la financiación vía suscriptores y, a la vez, no disuade a los lectores esporádicos, lo que permite mantener el nivel de reputación online. Con esta apuesta, los editores del NYT muestran su satisfacción por los resultados. El año pasado, registraron más ingresos por circulación de sus publicaciones que por publicidad.
Esta misma fórmula también le funciona al periódico económico The Wall Street Journal, que siempre ha cobrado por el acceso al contenido de su web. Sin embargo, en este caso se debe tener en cuenta que la publicación se dirige a un segmento muy especializado que pide una información difícil de encontrar de forma gratuita en la red. En sintonía, el Financial Times ya tiene más suscriptores en su versión digital que en papel y la mayor parte de su tráfico llega a través de los móviles. Asimismo, a partir del verano, The Washington Post también cobrará por acceder a sus contenidos digitales. De esta forma, ya son cuatro los gigantes del periodismo internacional que han hecho pasos decisivos para completar la transición digital.
Los periódicos españoles también ven oportuno cobrar por los contenidos digitales, como se constató en una mesa redonda de la jornada Medios de Comunicación: hacia un modelo de cambio, organizada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y celebrada esta semana en Tarragona. No obstante, a pesar de compartir esta necesidad, ninguno dispone todavía de un sistema de cobro. De momento, El País sorprendió hace dos semanas con un editorial en el que se reconocía abiertamente esta necesidad y se dejaba meridianamente claro que es el próximo paso que seguirá, aunque no confirmaba oficialmente ni cómo ni cuándo. Por su parte, El Mundo está trabajando desde hace casi dos años en un proyecto de cobro por contenidos, aunque su lanzamiento sigue en el aire.
Las principales cabeceras españolas son conscientes, por tanto, de que han malacostumbrado a los lectores ofreciéndoles productos de acceso gratuito pero, al mismo tiempo, saben que la cultura de pago por contenidos digitales no es muy imperante en España. Por ello, deben tener claro que será necesario convencer a los ciudadanos de que la información de calidad tiene un coste y que su contribución es esencial para poder mantener la independencia respecto a gobernantes (subvenciones) y multinacionales (publicidad).
Creo que será difícil implantar un modelo de pago en España, donde estamos acostumbrados al acceso gratuito a la información… Lo que está claro es que el sector necesita adaptar el modelo a la realidad digital y encontrar nuevas fórmulas para financiarse.
ResponderEliminarContrariamente a lo que se dice en el anuncio, la calidad es cara. Tenemos que dejar de pensar que los que elaboran la informacion y crean plataformas para difundirla lo hacen por amor al arte. Para tener informacion de calidad necesitamos profesionales que vivan de ello y, por tanto, tenemos que concienciarnos de que, aunque sea poco, hay que pagar. Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarNo sé si será un buen negocio en España hacer pagar por la información digital. Ya es “costosa” la lectura de contenidos vía on-line como para, encima, tener que pagar por ella. Para que la gente estuviera dispuesta a pagar, tendría que ser información de alta calidad, cosa que no existe en la actualidad.
ResponderEliminarTotalment d'acord. La informació té un preu, com tot a la vida. I la qualitat d'aquesta encara n'augmenta el cost. Si volem mitjans independents, no tenim més remei que adoptar aquesta fórmula
ResponderEliminarSi els ciutadans no estem disposats a pagar per informar-nos, el mitjans es veuen obligats a subsistir a través dels anuncis de les grans empreses i de les subvencions dels governs de torn. Amb aquesta dependència del poder, tenim mala peça al teler.
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