jueves, 18 de abril de 2013

Los debates, a debate

Con la galopante crisis económica y el auge de escándalos institucionales, han proliferado los programas de televisión que tratan la pura y cruda actualidad en horario de prime-time, la franja de máxima audiencia. Por ejemplo, las noches de los sábados compiten El gran debate de Telecinco y La sexta noche de La Sexta, dos espacios dedicados a comentar las noticias más morbosas de la semana. Pero no son los únicos casos de la parrilla televisiva. También destacan Los desayunos de TVE, Al rojo vivo, Las Mañanas de Cuatro, El gran debate de la Uno, Salvados o Espejo Público, donde los temas políticos, económicos y sociales acostumbran a estar encima de la mesa.

Este escenario demuestra que los ciudadanos piden información. Sin duda, la actual coyuntura ha creado este interés y las cadenas de televisión han buscado cómo satisfacer esta demanda. Eso sí, casi siempre bajo la misma fórmula: la tertulia, un género que tiene un coste relativamente bajo en comparación con otros productos y en el que se puede fomentar el espectáculo fácilmente. Solo es necesario un presentador capaz de animar la discusión, una cartera de colaboradores especializados en polemizar, un equipo técnico detrás la cámaras y, en el mejor de los casos, políticos dispuestos a entrar al trapo.

A pesar de las audiencias relativamente buenas de la mayoría de estos espacios televisivos, este modelo de programa no queda exento de polémica. Algunos profesionales de la comunicación celebran que las cadenas respondan al interés que tienen los espectadores de ver debates de actualidad en horario de prime-time, aunque el producto final sea demasiado “ligero” en cuanto a la forma de abordar los contenidos. En cambio, los hay quienes consideran que estos espacios tienen más dosis de entretenimiento que de información, ya que estas tertulias se basan en el desparpajo, la demagogia y el espectáculo.

Así pues, el debate -y nunca mejor dicho- está servido. Los contrarios a esta fórmula critican, además, que la mayoría de los participantes en estos debates no tienen pudor a la hora de hablar de cualquier tema. Según ellos, la mayoría de tertulianos se convierten en todólogos (expertos en todo), porque tienen la capacidad de discutir sobre cualquier ámbito -desde la política hasta la economía pasando por la ecología-, a pesar de hacerlo, en muchos casos, sin propiedad. Pero esta ya es otra cuestión.

9 comentarios:

  1. Aunque no siempre sean serios, más vale debates en prime time que Gran Hermano. Aunque, ¿también está el debate de Gran Hermano, no? ;-)

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  2. Es cierto, poco a poco las tertulias del "prime-time" que antes eran espacios dedicados al corazón se han ido centrando en temas de actualidad. No todos los programas los tratan igual de bien, está claro. Algunos lo hacen muy bien y, otros, lo convierten en un circo. ¿Volveremos a los "debates rosas" cuando acabe la crisis? ¿O el público continuará interesado en temas cómo la política y la economía?

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  3. Saludos,
    Reconozco quе hastа hoy nо me interesabа
    demasiado elsіtio, ѕin embargo ahora eѕtoy leyendolo regularmente y estа mejorando.

    Un ѕaludo!

    Pаra maѕ infοгmacion puеde visіtaг :
    : Esteban

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  4. Yo titularía este post más bien como: "los debates, los reyes de la programación". Hoy en día quedarse un viernes o sábado por la noche en casa viendo la tv te condena a ver uno de estos debates, llenos de pseudo-aspirantes-a-famosos que si no estas demasiado en la onda al encender la tv no sabes ni quiénes son...es una pena que la oferta televisiva esté mayoritariamente basada en este tipo de programas...sin embargo no podemos quejarnos pues el medio tv se rige igual que los demás por la ley de la oferta y la demanda. Si cultura y valores no evolucionan, tenemos salsa rosa para años...

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  5. Des que els mitjans, van descobrir que els espectadors assimilaven de la mateixa manera informació que opinió, que aquesta última és molt més barata, han tirat per aquí.. I és una llàstima, perquè merma la veritable tasca dels mitjans de comunicació.

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  7. Aunque parece que hablen de actualidad, no deja de ser telebasura. No se equivoquen.

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  8. Afortunadamente tenemos más de un canal con variedad de oferta. Por tanto bienvenida sea la diversidad siempre que entre ella haya algo bueno donde elegir.

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