El uso de Twitter en determinados espacios genera controversia y, en algunos casos, incluso se impide tuitear. Esta misma semana, después de la renuncia de Benedicto XVI, el Vaticano ha prohibido a los cardenales utilizar este microblogging y las demás redes sociales durante la elección del nuevo Pontífice, según informó la agencia Catholic News Service. Como el propio nombre de cónclave indica (cum clave, cerrado con llave), la tradición eclesiástica impone el más estricto sigilo a este concilio e imposibilita a los cardenales que participan en la votación tener contacto con el mundo exterior. Estadísticamente, no supone un gran problema, ya que solo 9 de los 117 cardenales electores disponen de una cuenta en Twitter, aunque los que la tienen son muy activos y algunos de ellos figuran en las quinielas para la sucesión de la Santa Sede.