jueves, 25 de julio de 2013

Ruedas de prensa sin preguntas, la gota que colma el vaso


España sigue apareciendo en la lista negra de las principales organizaciones internacionales de periodistas. Al veto de las cámaras de televisión en los mítines electorales o los discursos transmitidos solo por circuito cerrado, ahora se añade la convocatoria de ruedas de prensa sin aceptar preguntas. Esta última práctica ya se ha convertido en habitual del Gobierno español y la semana pasada, por ejemplo, también fue utilizada por el presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, para dar a conocer la renuncia de Tito Vilanova como entrenador del primer equipo de fútbol.

Sin duda, es una fórmula que cuenta con amplio rechazo dentro de la profesión periodística, aunque después son muy pocos los medios que dejan de cubrir estas peculiares comparecencias. Y tan malo es convocarlas, como acudir a ellas. En el primer caso, porque se da una imagen cerrada y de poca transparencia, y, en el segundo, porque se transmite una actitud de excesiva complacencia con la institución o la empresa convocante. El concepto de “rueda de prensa sin preguntas” es, seguramente, la gota que colma el vaso en el mal uso, cada vez más extendido, que se hace de esta herramienta de comunicación.

A menudo, se confunden cuáles son las circunstancias que requieren comparecer ante los medios y qué condicionantes deben darse para optar por este tipo de apariciones públicas. Solo los gobiernos, los partidos políticos, las grandes empresas y los equipos de fútbol acostumbran a generar suficiente información relevante que justifique hacerlo de manera continuada. En este sentido, siempre que se organice una rueda de prensa debe sopesarse si el motivo de la convocatoria afecta o interesa a un público lo bastante amplio: una situación de crisis, un proyecto de gran envergadura, un hallazgo científico significativo... A la vez, es imprescindible que durante la rueda de prensa se faciliten los datos y la información suficiente para cumplir con las expectativas de aquellos que han respondido a la convocatoria.

Si no se cumplen estos requisitos y los escenarios descritos son totalmente opuestos, es recomendable apostar por otras herramientas de comunicación, que serán más eficaces. Por ejemplo, se puede optar por el envío de una nota de prensa, indicando en el comunicado la posibilidad de resolver todo tipo de dudas en cualquier momento, o invitar de forma individual a los periodistas a tomar un café para contarles con detalle lo que se quiera transmitir.

Parecen consejos obvios, pero durante muchos años se han hecho infinidad de ruedas de prensa que solo han generado la frustración de los organizadores, por falta de quórum, o de los asistentes, por haberse desplazado a un acto de escaso interés informativo. Por eso, es recomendable acudir a profesionales antes de decantarse por esta herramienta de comunicación.

4 comentarios:

  1. No permitir preguntas en la ruedas de prensa o pactarlas con algunos periodistas es grave y refleja la poca cultura comunicativa de nuestras empresas e instituciones

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  2. Muchas veces es contraproducente organizar una rueda de prensa si no hay nada realmente destacado que anunciar. Y es mucho peor si no se permite realizar preguntas, da la sensación que se quiere ocultar algo. Portavoces de la Administración y responsables de grandes empresas deberían hacer una reflexión en este sentido (especialmente los del Gobierno). Si no son capaces de atender las preguntas de los periodistas, que manden una nota de prensa.

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  3. Totalmente de acuerdo. El mismo nombre “rueda de prensa” lleva implícito la necesidad de establecer una comunicación bidireccional institución-periodistas. Sin la posibilidad de plantear preguntas, no sería necesario el desplazamiento de los medios, ya que con el envío de una nota de prensa es suficiente. Necesitamos más transparencia a todos los niveles

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  4. Así es. Resulta bastante triste e indignante que se empiece a tomar como costumbre no permitir que los periodistas realicen su trabajo en una rueda de prensa. ¿A qué se teme? Si la intención es evitar preguntas "molestas" (que es lo que hacen pensar), que opten por otras opciones, que el tiempo es oro.

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