Jordi Sauret es Doctor en Sociología y director gerente de Feedback, empresa especializada en investigación sociológica, politológica y de mercado.
El pasado 25 de noviembre se celebraron las elecciones al Parlament de Catalunya y ninguna encuesta acertó en el resultado ni en el incremento de participación hasta la última semana, cuando ya no se pueden publicar sondeos en la prensa. Sin duda, la “incapacidad” de la demoscopia para dibujar el mapa político de después de los comicios puso en entredicho su utilidad. Aunque el debate sobre esta desconfianza merece un análisis más profundo, aquí intentaremos rebatirlo de forma sintética.
En primer lugar, es necesario recordar que una encuesta es una “foto fija” que describe una situación en un momento determinado y que, justamente, su publicación en los medios puede hacer reaccionar y condicionar a segmentos de población que hasta el momento no habían tomado partido, así como hacer cambiar de opinión a ciertos votantes en función de las expectativas sobre el resultado previsto.
En segundo lugar, es preciso apuntar que en este caso concreto la campaña electoral resultó determinante, a diferencia de lo que suele ser habitual, para alterar el escenario que se preveía a mediados de septiembre. Además, la actualidad y las noticias de los últimos quince días también fueron cruciales: en la primera semana, hubo una huelga general y, en la segunda, se publicaron presuntos casos de corrupción en torno al candidato que iba por delante de todas las encuestas. En consecuencia, se acentuó la toma de decisiones a último momento por parte del electorado y esto implicó mayor volatilidad, menor fidelidad electoral y un cambio en la ponderación y el valor de los factores clásicos de decisión de voto, lo que se tradujo en una mayor segmentación.
A grandes rasgos, estos fueron algunos de los factores que dificultaron la labor de las encuestas hasta el último momento. Por ejemplo, el domingo antes de los comicios, La Vanguardia publicó un sondeo cuyo gran error fue no detectar el gran transvase de potenciales votantes de CiU que en los últimos días se decantaron por ERC, lo que modificó por completo el escenario y las interpretaciones posteriores de las elecciones. No obstante, es de justicia reconocer que sí se acertó sobre la tendencia final y que, en líneas generales, se cumplieron las previsiones sobre el resto de partidos.
Por eso, aunque no siempre pronostiquen el resultado exacto, cabe resaltar la utilidad de los sondeos como “foto fija” sobre el estado de opinión en un momento determinado, por lo que, en definitiva, son una herramienta de gran ayuda a la hora de tomar decisiones estratégicas en el ámbito político y profesional. Y, de forma especial, a través del seguimiento longitudinal de la evolución de las tendencias (trakings) que permitan detectar cómo progresivamente se activan (o no) distintos sectores de la opinión pública.
Yo creo que las encuestas deben servir para que nos hagamos una idea general de cómo serán los resultados, pero que nunca hay que tomarlas al pie de la letra. Como muy bien se dice en el blog, la publicación de las encuestas puede hacer reaccionar o cambiar de idea a los votantes. Muy interesante la reflexión.
ResponderEliminarNo se si las encuestas son utiles o no. Lo que esta claro es que condicionan, y en este caso concreto tuvieron un papel decisivo en la "derrota" de Mas, ya que muchos ciudadanos cambiaron su voto en el ultimo momento para que ciu no ganara por mayoria demasiado amplia.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con que la política catalana -y también la española- son cada vez más complejas y resulta muy complicado ver con claridad hacía donde irán los tiros. Por eso creo que la “foto fija” debería hacerse en el último momento y con una gran angular, para así asegurarnos que, al menos, el tiro no salga fuera de la diana
ResponderEliminarLes enquestes poden ser molt útils a nivell intern pels partits però, de portes en fora, poden condicionar el vot dels ciutadans i, en conseqüència, determinar el resultat d'unes eleccions i el govern que s'en deriva
ResponderEliminarNo pienso que las encuestas sean un reflejo real de la opinión de los ciudadanos, pero sí es cierto que pueden servir de foco orientativo para, en el caso de unas elecciones, definir las estrategias a emprender durante la campaña electoral, como bien se destaca en el post.
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