Nadie pone ya en duda que la Red se ha convertido en esencial en la vida diaria de los consumidores y que las decisiones de compra están cada vez más influidas por lo que se ve en internet. Sin embargo, a pesar de los evidentes beneficios que conlleva para las empresas conocer a fondo las herramientas de comunicación digital, muchas de ellas todavía no han aprendido a usarlas con acierto.
Según señala la experta en marketing @dorieclark en un artículo de @Forbes, uno de los errores más comunes que cometen las compañías es la insuficiente utilización de los blogs. La autora explica que son una manera muy útil de llegar al consumidor y establecer un vínculo con él, ya que representan el altavoz de la empresa para dar a conocer sus ideas, experiencias y opiniones de manera sistemática. Sin embargo, un estudio de @UMassD muestra que, mientras en 2008 el 16% de las compañías de la lista Fortune 500 tenía blog corporativo, en 2014 esta cifra solo se había incrementado hasta el 31%, por lo que casi el 70% de las empresas más importantes del mundo siguen olvidando el blog.
Otro aspecto que aun lastra la estrategia de marketing digital de las compañías es la creencia de que las redes sociales son un canal publicitario directo con los consumidores. Todavía no está instaurada la concepción de que son un lugar para darse a conocer, interaccionar y para ofrecer valor añadido, pero que no resultan útiles para la simple publicitación de una marca.
Asimismo, según se indica en el artículo de Forbes, muchos de los contenidos digitales de las empresas no son suficientemente visuales. Lo que está en la Red entra por los ojos y la imagen es clave para comunicar de manera efectiva. Solo hay que constatar el fuerte crecimiento que han experimentado en el terreno del social media las redes sociales con un peso eminentemente visual, como Instragram o Pinterest.
Creer que el marketing digital puede dejarse en manos de cualquiera y así invertir pocos recursos económicos es otra equivocación que comete un número significativo de firmas. En estos casos, lo barato puede salir muy caro, ya que si no se cuenta con profesionales con una formación y preparación suficiente para comprender y controlar las herramientas de la era digital, se pueden cometer errores con graves consecuencias sobre la imagen corporativa.
La afirmación “quién no está en internet no existe” ya ha quedado obsoleta. Hoy en día, no solo es necesario estar presente en el entorno digital sino que las empresas han de desarrollar una estrategia que les permita integrar y gestionar adecuadamente su reputación y su visibilidad. Si no, su éxito en el entorno 2.0 tiene los días contados.