Instituciones y otras entidades recurren frecuentemente a la publicidad de impacto para intentar cambiar malos hábitos de la ciudadanía. Son anuncios en los que se muestran deliberadamente imágenes contundentes e inquietantes, que a menudo pueden ofender o herir sensibilidades, con el objetivo de llamar la atención sobre determinadas consignas y concienciar al público. Básicamente, se focalizan en el ámbito de la salud y la seguridad: desde la erradicación del sida y la disminución del alcoholismo o el tabaquismo hasta la reducción de los accidentes de tráfico o de los incendios forestales.